domingo, 8 de enero de 2017

PERDIDA DE LA INICIATIVA DE LA APERTURA



Múltiples y variadas son las causas que pueden dar lugar a la pérdida de la iniciativa en la fase inicial de la partida.
Son tantas, que en realidad resulta imposible enumerarlas y mucho menos tratarlas todas en un libro que no sea enciclopédico.
Somos de la opinión, sin embargo, de que todas ellas, o al menos la mayor parte, pueden enmarcarse en unas pocas causas primarias -llamémosla así- que las originan:
1. La violación de los principios generales establecidos para la realización de las aperturas.
2. La subestimación o sobrestimación del adversario en la fase inicial del juego.
3. La insuficiente  atención a las diferentes posibilidades que se presentan en el transcurso del planteamiento, como la consecuencia de los niveles de conocimiento que sobre una línea o variante, se poseen o, a veces, se estiman poseer.
                 
Son precisamente estas causas primarias de la pérdida de la iniciativa durante la apertura las que en sus distintas formas se manifiestan en el desarrollo de las veinte partidas que abarcan este capítulo. Esperamos que el estudio que inmediatamente emprenderemos de las mismas, sirva de real provecho a quienes desean perfeccionarse en el ajedrez, tomando como base de su superación los modelos inigualables que a todos los que amamos este noble juego nos legara José Raúl Capablanca.

De él se ha dicho que fue un campeón que conocía poco las aperturas. Pero también hay que decir que poseía una extraordinaria habilidad para aprovechar con precisión los mínimos errores de sus contrincantes en la fase inicial del juego, independientemente del planteo específico que éstos adoptaran.

Así, Capablanca demostró que no se trata sólo de conocer aperturas y variantes, sino que es necesario, sobre todo, saber expresar en ellas los firmes valores estratégicos sobre los que descansa la partida de ajedrez desde su mismo inicio.

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